1946 fue un año que marcó una importante referencia en los libros de historia. Londres era una ciudad en pleno auge y, en ese mismo año, los británicos celebraban el desfile de la victoria, por la derrota de los alemanes y Japón en la segunda guerra mundial. Los cambios surgían y el auge de la moda y la música comenzarían a marcar el ritmo de los acontecimientos en la capital británica, un año también en el que los ingleses verían nacer a referentes como Freddy Mercury y, como no, la gran cantautora Jane Birkin. Un símbolo de la canción, que posteriormente se convertiría en un nombre eterno en la moda, aportando su apellido a uno de los accesorios más codiciados del mercado actual.
Su estilo era inimitable y lo podríamos calificar como joven, fresco y libre de prejuicios, perfecto en la Francia de los años setenta. siendo a veces clásicas mini, otras jerseys largos, tops de crochet, pantalones oxford, americanas de terciopelo, camisas de jean, remeras blancas o de rayas y bikinis. Apostaba siempre por prendas básicas como unos jeans desgastados,
Sobre las páginas de la historia de la moda, 1980 fue un año importante para ella y la casa francesa Hermès, puesto que Jane Birkin pasó de poner de moda y llevar en su día a día bolsos de mimbre, a tener su nombre sobre toda una referencia. Todo comenzó cuando el director ejecutivo de Hermès, Jean-Louis Dumas, coincidió al lado de Birkin en un vuelo de París a Londres. Cuando ese viaje terminó, el diseñador ya sabía que una de sus próximas creaciones estaría inspirada y llevaría el nombre de la cantante y actriz británica, puesto que en ese corto tiempo de vuelo, las musas le acompañaron y tuvo una de las visiones más claras que tendría la casa francesa.
Y así, en 1984, la prestigiosa firma francesa lanzó un bolso de piel negro para ella, el hoy codiciado Birkin Bag (sin olvidarnos del clásico modelo Kelly), aunque su bolso de mimbre sería el protagonista sobre todas las presentaciones y alfombras rojas a las que asistía.
Fuente: Ok Diario/Indumentaria Online