Los barbijos, han sido durante mucho tiempo un símbolo que denota tensión. Este “accesorio” ha ocupado un papel importante en varias culturas y formas de comunicación desde su creación a mediados de la década de 1890.
Han representado seguridad y protección contra enfermedades y contaminación, solidaridad, protesta, racismo, una tendencia de moda y ahora, lo relacionamos con la actual pandemia que vivimos.
Las mascarillas aparecieron por primera vez a fines del siglo XIX, los médicos la usaban como medida de protección, durante las cirugías para evitar las bacterias en el aire.
Luego fueron adoptados en 1910 por las autoridades chinas para evitar la propagación de la peste neumónica, convirtiéndose en símbolos emblemáticos para los médicos.
Tenían una doble función: detener los gérmenes y transformar a las personas en ciudadanos con una mentalidad más moderna.
Ocho años después, se convirtieron en un fenómeno global, cuando fueron ampliamente adoptados como protección contra la gripe española, donde hubo una aceptación popular de la máscara como parte de la vida.
Aunque el uso de los barbijos retrocedió después de la Primera Guerra Mundial, siguieron siendo populares en China, donde las máscaras simbolizan el cuidado de la comunidad y la conciencia cívica.
No es de extrañar que la moda tomara nota de todo esto, si al final su objetivo es representar lo que está viviendo la sociedad en un momento determinado.
En los últimos tres años, marcas como Off-White, Palm Angels, Bathing Ape y Fendi han diseñado barbijos para distintas colecciones. Gucci hizo uno para que Billie Eilish lo usara en los Grammys, como parte de su mensaje de que su cuerpo es suyo, solo para sus ojos.
Hace menos de un mes, las celebridades y modelos comenzaron a publicar selfies de sus barbijos en las redes sociales, desde Bella Hadid, Naomi Campbell, Kendal Jenner, hasta Gwyneth Paltrow camino a París.
En las últimas semanas de la moda, se entregaron máscaras como medida de protección, una necesidad clave para el momento. En ocasiones, los invitados llevaban modelos especiales y personalizados.
Más recientemente, durante las protestas a favor de la democracia en Hong Kong, se usaron máscaras faciales (especialmente máscaras negras) como una declaración política y como una herramienta para ocultar la identidad. Se hicieron tan populares que el gobierno quiso prohibirlos.
Hoy hay páginas y páginas de máscaras faciales en Internet con distintos diseños y modelos, ¿será que estamos hablando de un accesorio imprescindible para los próximos meses?, todo parece apuntar hacia ese camino.