Mi nombre es Eugenia Navas. Tengo 48 años y vivo en Azul, provincia de Buenos Aires.
Estudié Administración Hotelera y después de recibirme trabajé varios años en el rubro. Fui camarera, recepcionista, trabajé en un crucero, puse un cyber café con una amiga cuando vivíamos en Bariloche, después me fui a trabajar a una inmobiliaria y posteriormente a la escuela de Hotelería de Bariloche.
En Bariloche viví diez años, ahí conocí a Sebastián, mi marido y en el año 2008 nos vinimos a vivir a Azul. Al año siguiente nació Mora, mi primera hija que más tarde se convirtió en mi asistente, asesora, fotógrafa de NUU.
Hasta acá te preguntarás de dónde sale este emprendimiento vinculado a la ropa. Una muy buena pregunta porque jamás pensé que mi vida iba a dar semejante giro.
En el año 2013 nació Benjamín, mi segundo hijo y empezó una dura odisea de médicos, especialistas y diagnósticos. Los primeros años de vida de Benja fueron difíciles para él y para toda la familia.
Historia de NUU
En el año 2016 cuando Benja empezaba el jardín, mi mamá me recuerda que estaba guardada la máquina de coser de mí tía, y me la da. Una Elna 2004 impecable, casi sin uso. Y así fue, que por curiosidad o para mantener mi mente ocupada en otra cosa, empecé a tomar clases de costura. ¡Yo jamás había tocado una máquina de coser, ni enhebrarla sabía! No era algo que en algún momento lo había planeado o era un pendiente. No tenía expectativas puestas en ello por eso creo que se fue dando de manera fluida.
La costura fue el hallazgo de mi vida pues descubrí una pasión tan grande y tan fuerte que a los tres años de tomar clases decidí empezar con NUU.
No tengo formación en la industria textil, tomé clases de costura de forma particular y en la actualidad tengo una profesora, Gladys Ponce, que me ayuda con la moldería y con cuestiones técnicas de confección cuando tengo dudas. Es un rubro donde el aprendizaje es constante y yo misma voy subiendo mi propia vara en cuanto a terminaciones, a los tipos de prendas que quiero confeccionar para mejorar y superarme.
Otro gran referente en mi formación es MT Escuela. No sólo es una escuela de formación en el rubro sino que es un gran soporte para encaminar un emprendimiento.
Después de casi tres años de tomar clases de costura, mi espíritu emprendedor me llevó a pensar en hacer ropa para vender. Las primeras prendas que hice fueron kimonos. Es una prenda bastante sencilla de confeccionar, rápida, ya que la que hacía y hago todo en el emprendimiento soy yo. Hice ocho kimonos. Me armé una cuenta en Instagram y Facebook, mandé mensajes de whatsapp a mis amigas y grupos para darme a conocer y oficialmente el 31 de Enero de 2019 empecé con NUU.
NUU significa «coser» en japonés, un nombre vinculado al origen de esas primeras prendas. Me gustó porque es corto y fácil de pronunciar. En aquel momento la marca se llamó “NUU kimonos” pero como con el tiempo fui cambiando el tipo de ropa que confeccionaba, desde el año pasado la marca es “NUU”.
Este emprendimiento, creo que como todos, fue mutando, fue cambiando el rumbo, las prendas que fui creando son diferentes a las del inicio, pero la esencia es la misma: hacer ropa para mujeres 100% artesanal y única.
Mi misión es hacer ROPA para TODAS porque todas las mujeres merecemos sentirnos y vernos bien, sin importar tallas, formas, medidas. Por este motivo ofrezco el servicio personalizado de adaptar los modelos disponibles a cada clienta. Si a una clienta le gusta algo de la tienda online pero lo quiere más largo o más corto, más chico o más grande, en definitiva que se adapte a su necesidad, cuenta con ello. Y acá pongo en práctica mi formación en empresas de servicio (hotelería/gastronomía) porque me encanta dar servicio, conversar con las clientas, conocer sus gustos e inquietudes y darle solución a lo que necesitan.
Intuición a la hora de diseñar
Al no tener formación profesional en lo textil, me manejo bastante con la intuición, observando los gustos de mis clientas, qué cosas fueron teniendo más éxito, gustaron más y cuáles definitivamente no volvería a hacer. También me gusta hacer ropa que yo usaría, que en una tienda no hay. Creo que la confección de prendas artesanales, de edición súper limitada nos da la posibilidad de jugar con la creatividad, de hacer ropa que tal vez en Argentina no se consigue pero lo ves afuera y te inspira y pienso “bueno, eso me gusta pero le quiero dar un giro, hacer un cambio, ponerle mi impronta”.
A partir del año pasado comencé a ofrecer el servicio de transformar prendas. Este servicio surgió de la necesidad de reutilizar esa ropa que tenemos guardada, estancada, pero que no queremos regalar porque nos genera una emoción particular o un recuerdo. La clienta me contacta, la trae al taller, ahí ella me cuenta qué idea tiene y yo le sugiero según el caso. En general las clientas me dejan crear bastante. Hay algunas que me dan total libertad ya que confían en lo que hago y para mí es una gran responsabilidad porque no sé si lo que voy a hacer les va a gustar. Hasta ahora me fue bien, quedan contentas con el resultado y es una satisfacción enorme.
Desde que empecé con NUU siempre quise hacer un aporte desde mi lugar pequeño a cuidar el medioambiente. Así fue como me contacté con Rauni sustentable @raunisustentable para enviar mis descartes textiles y ellos los transformaban en relleno de almohadones. También hice bolsitas de lavanda aprovechando los retazos que me iban quedando. Es imperiosa la necesidad de disminuir los descartes textiles que tantos años tardan en degradarse.
La transformación de prendas o upcycling (término en inglés que significa crear un nuevo producto a partir de materiales en desuso) también surgió por esta premisa. Y así fue que desde el año pasado disminuí la confección de prendas nuevas con géneros comprados y me volqué más hacia prendas hechas con materiales en desuso como los tops de jeans, chalecos, bolsos entre otros productos que confecciono a partir de jeans gastados.
Particularmente disfruto mucho del proceso, desde el desarmado de los jeans, el pensar qué voy a confeccionar y cómo voy a armar el “rompecabezas” para diseñar esa prenda.
También desde al año pasado comencé a incluir diferentes técnicas textiles en las prendas, tales como serigrafía textil y estampas con sellos, uso de papel foil para agregar detalles en la ropa. Estas técnicas las aplico tanto en prendas nuevas como en intervenciones que me traen las clientas.
Transformar las prendas
Para hacer las prendas intervenidas escucho bastante a las clientas, qué les gusta, por qué quieren y necesitan hacer una transformación. No es lo mismo tapar una mancha que algo que ya no les queda por talle o una prenda que ya no la usan y quieren un cambio radical. En cada caso conversamos y yo les sugiero según mi punto de vista qué se puede hacer. La idea es que la clienta esté conforme y después de la transformación, lo use y disfrute.
Con respecto a la ropa que yo confecciono, como comenté anteriormente, trato de hacer prendas que al ser artesanales no las encuentres en una tienda a la calle. Este concepto lo entendí con el tiempo. Si voy a confeccionar algo único y artesanal, tiene que cumplir con esos conceptos. Por este motivo también fui cambiando la ropa que hago en la actualidad y trabajo con ediciones muy limitadas para que justamente no sea masivo. Por ejemplo el año pasado hice unas chaquetas kimono que las estampé con sellos y solamente confeccioné seis. La idea es de a poco ir trabajando más a demanda y hacer una o dos prendas de un modelo y si alguien necesita una modificación de esa prenda, brindarle el servicio.
Web: nuu.empretienda.com.ar o al WhatsApp 542281409336
Fuente: Susana Mátar-Indumentaria Online