CARACOLORES es una marca de trajes de baño para niños y niñas: cómo empezó y cómo sigue el emprendimiento que fabrica 180 modelos distintos
Paola Carbone, creadora de la marca Caracolores, cuenta cómo fueron sus comienzos en la industria de la moda para niños/as y qué la llevó a crear su propia empresa.
Para llegar a los más de 200 locales que hoy venden los trajes de baño de Caracolores, Paola Carbone tuvo que animarse a dar el salto: de un trabajo en relación de dependencia a la autonomía con dos hijos chicos y un divorcio reciente. “En mi condición de mamá con dos hijos y sola a cargo de una empresa habiendo tomado la decisión de no tener un socio, mi mayor desafío fue sacar la empresa adelante”, cuenta.
Como diseñadora de indumentaria de la UBA trabajó durante 15 años en una empresa que hacía desarrollo de producto terminado en Oriente, China e India, para marcas como Paula Cahen D’Anvers, Cheeky y Kevingston. En este contexto, viajó a China a hacer control de producción y de calidad, en lo que se especializó a partir de ese momento.
A su vez, hacía colecciones freelance para varios clientes hasta que llegó la gran oportunidad: “Uno de ellos me ofreció hacer mi propia colección y me contactó con vendedores de todo el país”. “Ellos necesitaban trajes de baño y empecé a hacerlos. Creaba los estampados en el comedor de mi casa papel por papel y los mandaba a un lugar donde transferían mis diseños sobre la tela con calor, cortaba las prendas y las mandaba a hacer”, recuerda.
La primera colección de Caracolores contó con 24 modelos y 100 prendas por modelo, que se vendieron por completo en diferentes provincias de Argentina. Y fue el puntapié para que Paola tomara la decisión: “La primera colección fue un éxito, superó ampliamente lo que esperaba vender. A partir de ahí deje la empresa en la que estaba y empecé a trabajar de manera independiente”.
“Al principio, las dificultades fueron desde el lado financiero”, confesó Paola y detalló que al trabajar un producto de temporada, los ingresos llegan durante cinco meses al año y en los siguientes meses, prácticamente, no hay. Lejos de frenarla, esto la llevó a poner toda su creatividad: “Logré que la utilidad de cinco meses rindiera todo el año. Empezamos a producir para otras marcas, entonces, nuestro producto se elabora en contra temporada, cuando nadie está produciendo verano, producimos nuestras mallas y, cuando todos producen verano, nosotros hacemos verano de otras marcas”.
La pandemia también la puso a prueba: “Fue un enorme desafío mantener a la gente y contenerla emocionalmente, sobre todo al comienzo, pero nunca se quedaron sin cobrar. Fabricamos camisolines descartables en los primeros meses, generamos trabajo cuando no había y, enseguida, pudimos rearmarnos”.
Hoy, Paola Carbone integra la comisión directiva de la FAIIA (Federación Argentina de la Indumentaria y Afines), cuenta con cinco empleados y producciones tercerizadas. Además, Caracolores confecciona 180 modelos con el sello de Paola, en una franja que apunta desde bebés a “talles reales para adolescentes y pre adolescentes”, con telas con protección UV50, ideales para cuidar la piel de los niños y niñas. La pyme fabrica colecciones de mallas para ocho marcas y suele participar de la Expo Mabyn (edición primavera-verano), el principal evento que reúne a todos los diseñadores mayoristas de indumentaria para niños.
Al hacer un repaso por su historia, Paola se siente orgullosa: “Decidí emprender, hacer mi camino y dedicarme a lo que me gusta, trabajar para mí, armar un equipo de trabajo. Hago lo que amo, damos trabajo a mucha gente y tenemos un producto súper reconocido”. En cuanto a la presencia de la marca en mercados internacionales, hoy le queda un desafío por delante: exportar sus productos y así llevar el talento argentino a otros países.
Tienda Online: www.caracolores.com.ar / WhatsApp: 11 6965 6033
Fuente: Indumentaria Online